Raly Barrionuevo hace gala de su independencia artística
todo el tiempo y acaso involuntariamente. Ahora, por ejemplo, al tiempo que
tiene disco recién estrenado en homenaje a la obra del Chango Rodríguez, el
santiagueño propone una nueva edición de la Peña Trashumante. Y así, a la
mansedumbre de su último registro, titulado Chango y grabado con la sola
compañía de su guitarra en poco más de 10 horas, le opone el júbilo de sus
convocatorias en Atenas, plenas de artistas en sintonía y con la
responsabilidad de transmitir los valores de la educación popular y en
movimiento.
Pero para la situación entrevista se impone su tributo al
cantor riojano que mejor se aproximó a nuestra picaresca e interpretó a la
bohemia de la Docta. Tanto por lo conmovedor del resultado como por el modo en
que asimiló su mito. Raly siempre tiene mano la historia de la Marea del
estudiante para reivindicar al Chango Rodríguez. "Es muy significativa porque está inspirada en el asesinato de Santiago
Pampillón _dice_. El tipo salió el día del Cordobazo por Deán Funes hacia el
centro y en su auto. No sabía que había quilombo en la movilización de obreros
y estudiantes. Cuando se le vinieron al humo para darle vuelta el auto, uno lo
reconoció y dijo ‘no, es el Chango'... Después leyó en las noticias sobre la
muerte de un estudiante".
-Te documentaste, la
reconstrucción no fue sólo musical.
-Está el libro de Fede Racca, también uno nuevo (se refiere
al de Fernando Sánchez)... Lo cierto es que Pampillón era mendocino, estudiante
de ingeniería y muere frente al Cinerama. Leí, investigué. Además, en Unquillo
está Charly, el pintor, que fue secretario de Chango durante sus últimos años.
Se conocieron de casualidad: una vez, Charly hizo dedo para ir a la Escuela de
Arte y paró el Chango. Parece que al Chango se le cayeron los lentes mientras
manejaba y le pasó el volante al Charly. "¿Pibe,
¿sabés manejar, tenés carnet para conducir?" Y Charly no tenía nada,
pero le dijo que sí. "Llevate el
auto y buscame por esta dirección el fin de semana". ¡¡¡Le confió el
auto apenas lo conoció!!!
-¿Cuál es tu primer
contacto con la obra del Chango?
-Llegué a él por un disco de Los de Alberdi que estaba en
casa: Adiós. Fue un disco que salió después de su gran incidente. Ahí estaba
Luna cautiva y Marea del estudiante. Y alguno más. Lo tengo todavía pero se
escucha muy aggghhhhh. No sabía que eran sus temas. Éramos niños, y el disco
estaba en casa y sonaba. Pero fue en Córdoba que me pegó fuerte el Chango,
porque sentía que todo el mundo lo nombraba "Chango Rodríguez, Chango Rodríguez"... Y cuando se lo nombraba
notaba que se lo hacía desde el tabú, como que costaba hacerse cargo de que
gustaba. Cuando fui a su obra entendí todo. Caí en la cuenta de que la reja de
Luna cautiva no es la reja de un balcón sino la de su celda, que la luna
cautiva era la Gringa y de por qué tal vez en una época la sociedad cordobesa
le dio la espalda.
-¿Por qué creés que
pasó?
-Cuando salió de la cárcel, según pude saber por charlar con
los viejos que lo conocieron, fue al programa de Pipo Mancera, pero la sociedad
cordobesa lo negó por su condición de ex convicto. No obstante, su obra lo
trascendió... Eso me intrigó siempre, ¿por qué esas canciones fueron más allá
del tipo que las creó? Porque él no trascendió tanto como sus canciones. Hay un
trasfondo sociopolítico. Aparte otra cosa, creo que sus canciones más bizarras,
por decirlo de algún modo, entraron en la popular. Ibas a las peñas barriales,
donde no asistía la gente entendida en música sino aquella que directamente la
disfrutaba, y lo que sonaba era el Chango. En Mi gruta, por ejemplo, que era
una peña en la avenida Colón a la que asistía gente de barrio que no iba ni en
pedo a Tonos y Toneles. Otra cosa que valoro del Chango era su pretensión de
que todo fuera medio bailable. Él estaba hinchado las bolas de que la música
bailable sólo fuera de los yanquis. Por eso no me salían los temas de Chango
cuando era pendejo. Me gustaba la Marea del estudiante, pero era muy complicada
de tocar, además las violas de Los de Alberdi eran re filosas.
-En la crítica del
disco destacamos el rol de Tevi Cavotti, tu técnico de grabación. ¿Exageramos
su participación?
-Para nada, fue clave. Con el Tevi pasamos por todas, salvo
cagarnos a trompadas. Aparte es muy grandote, nunca lo pelearía. Siempre que
llego con una propuesta al estudio, el loco me interpreta al toque porque
tenemos mucho camino recorrido. Para este caso, me preparó la sala y se sentó a
esperar... Largué a grabar con Zamba de abril, pero por espacio de una hora no
me salía el punteo. Entonces me calenté, quería largar todo... Pero Tevi sabe
cómo calmarme. Me dice "vení vamos
para allá, vamos a caminar" y logra sosegarme. Los otros temas no tuvieron
ninguna cuestión pactada. Había armado un punteo para Corazón santiagueño, pero
apenas puso el rec me salió otra cosa, y me encantó. Sólo respeté Zamba de
abril, al resto lo hice como salía en ese momento. .
-Hoy coincidís en la
cartelera con Abel Pintos y se me ocurre preguntarte por cómo autoboicoteaste
tu carrera como solista folklórico - romántico. ¿Por qué no quisiste
capitalizar tu victoria en Viña del Mar?
-Me puse firme porque no quería enmarcarme en esa historia.
De hecho, dejé de cantar ese tema de Víctor Heredia (Bailando con tu sombra), a
quien quiero y admiro. Disfruto mucho de haber dicho no en algunos momentos. Me
reafirman humanamente esos no. Me pasó incluso con mi primer disco El principio
del final, del que se cumplirán 20 años el año que viene. Recuerdo que Había un
concurso municipal, ¿te acordás? Ahí comienza mi relación con Tevy, porque caí
con una mano adelante y otra atrás y el loco me fio, confió en mí. Cuando los
tipos me dicen "usted ganó, pero el
premio es compartido", pregunté "¿Cómo
es eso?" "Que va a hacer un
disco mitad un grupo, mitad tuyo", me contestó un funcionario. Le dije
no gracias a mis 19 años, con toda la ilusión a cuestas. Pero al otro día, el
mismo funcionario me llamó para decirme que estaba todo bien para que mi disco
salga solo. Preferí hacerme cargo de los pormenores pero que sea mi camino.
-Por último. No hubo
declaraciones tuyas con respecto a la foto con Sergio Massa que se viralizó en
las redes.
-No merece ningún tipo de energía a esa
canallada. No hay mucho que agregar. Quieren buscar en mí contradicciones, que
las puedo tener, ojo, pero en este caso se buscó de muy mala leche ponerme en
un lugar en el cual no he estado. No he contestado porque no merece la pena. Es
una foto de hace dos años con el intendente de un municipio que había entrado a
la carpa que hacía de camarín. En estos tiempos, una situación así se puede
usar para cualquier cosa. El incidente me hizo caer en esa cuenta. Saludé de
buena fe. Esa foto está hace un montón en la página del municipio de Benavidez.
No condeno a nadie. Estoy tranquilo. Y no subo fotos que podrían tirar por el
piso esa canallada. La gente que me conoce sabe cómo es todo. Si apoyara a un
candidato, salgo a manifestarlo y me hago cargo... Qué se yo, en estos días voy
a manejar mil kilómetros para participar del juicio por el asesinato de
Cristian Ferreyra en Monte Quemado... Y no subiré fotos sobre eso. No soy
careta. Fuente: lavoz.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario